El martes fue un mal día. Yo no lo sabía, pero venía siendo un mal día desde el fin de semana. Sin embargo no lo supe hasta el martes, cuando me avisó una profesora de mi universidad (gracias Susana) y me comentó que un compañero con el que compartí mi carrera había sufrido un grave accidente el fin de semana.
Poco se sabía en aquel momento, solamente que mi compañero estaba muy grave en el hospital con los médicos trabajando a su alrededor mientras intentábamos informarnos sobre su estado de salud.
Yo me bloqueaba, no sabía por donde tirar y mientras buscaba alguna forma de tener noticias de Antonio, decidí comunicárselo a los compañeros de universidad de los que todavía conservo sus direcciones y móviles.
Los segundos pasaron como horas, y el boca a boca tardaba en funcionar porque no le dábamos tiempo. Gracias a los hermanos de nuestro compañero, a la universidad y a los amigos cercanos fuimos conociendo detalles del estado de Antonio.
Os voy a contar como es Antonio, la razón por la que la facultad de informática de la autónoma nunca dejó de sonreir.
Conocí a Toni en 2º de universidad, compartíamos asignaturas. Desde el primer día, la impresión que daba era de ser un chico muy majo que le quitaba hierro a todos los asuntos con chistes punzantes y cortos.
Lograba distraerte cuando estabas agobiado, siempre estaba ahí cuando intentábamos solucionar problemas de las teóricas preparando exámenes, programando hasta altas horas de la madrugada animándonos a través de una ventana de messenger, compartimos tardes de duras clases tirados en el césped de la universidad, tutorías, revisiones de exámenes, paréntesis de LISP... malditos paréntesis...exámenes de IC con "francotiradores", como les llamábamos... chistes de extintores en alguna página web... ¿cuántas anécdotas hay de la universidad? Tenemos que empezar a escribir las memorias.
Y sobre todo compartíamos suspensos con largas charlas en el tablón de notas. Antonio consolaba a todos aquellos amigos a los que nos desanimaban nuestros resultados incluso cuando su nota era peor que las nuestras.
Pese a todo, tanto Antonio como yo conseguimos terminar la carrera. Por los ánimos que le debo a Toni debería decir que él acabó su carrera y 1/4 de la mía. Señor Antonio desde ese día. Un título que se había ganado desde el primer minuto por su espléndida forma de ser.
A partir de ahí, comenzamos a trabajar cada uno por su lado. Ya no nos veíamos pero continuábamos en contacto a través de messenger y tuenti hasta la semana pasada.
Ayer recibí de nuevo noticias sobre el estado de Toni. Se está recuperando. Las noticias que me llegaban eran positivas, muy muy positivas. Leía el email con emoción y hasta se me escapaba alguna lagrimilla en el trabajo. Antonio, acababas de mandar a la basura la imagen de tipo duro que pretendía dar en mi trabajo, pero jamás me alegraré tanto de que lo hayas conseguido.
Cuento los días en los que podré volver a discutir contigo, como hicimos la semana pasada, del que es tu único defecto: Ser madridista.
Robando una frase a Larra, repetimos cada día, "por favor, vuelva usted mañana". Estamos con usted y te esperamos, Don Antonio.
Poco se sabía en aquel momento, solamente que mi compañero estaba muy grave en el hospital con los médicos trabajando a su alrededor mientras intentábamos informarnos sobre su estado de salud.
Yo me bloqueaba, no sabía por donde tirar y mientras buscaba alguna forma de tener noticias de Antonio, decidí comunicárselo a los compañeros de universidad de los que todavía conservo sus direcciones y móviles.
Los segundos pasaron como horas, y el boca a boca tardaba en funcionar porque no le dábamos tiempo. Gracias a los hermanos de nuestro compañero, a la universidad y a los amigos cercanos fuimos conociendo detalles del estado de Antonio.
Os voy a contar como es Antonio, la razón por la que la facultad de informática de la autónoma nunca dejó de sonreir.
Conocí a Toni en 2º de universidad, compartíamos asignaturas. Desde el primer día, la impresión que daba era de ser un chico muy majo que le quitaba hierro a todos los asuntos con chistes punzantes y cortos.
Lograba distraerte cuando estabas agobiado, siempre estaba ahí cuando intentábamos solucionar problemas de las teóricas preparando exámenes, programando hasta altas horas de la madrugada animándonos a través de una ventana de messenger, compartimos tardes de duras clases tirados en el césped de la universidad, tutorías, revisiones de exámenes, paréntesis de LISP... malditos paréntesis...exámenes de IC con "francotiradores", como les llamábamos... chistes de extintores en alguna página web... ¿cuántas anécdotas hay de la universidad? Tenemos que empezar a escribir las memorias.
Y sobre todo compartíamos suspensos con largas charlas en el tablón de notas. Antonio consolaba a todos aquellos amigos a los que nos desanimaban nuestros resultados incluso cuando su nota era peor que las nuestras.
Pese a todo, tanto Antonio como yo conseguimos terminar la carrera. Por los ánimos que le debo a Toni debería decir que él acabó su carrera y 1/4 de la mía. Señor Antonio desde ese día. Un título que se había ganado desde el primer minuto por su espléndida forma de ser.
A partir de ahí, comenzamos a trabajar cada uno por su lado. Ya no nos veíamos pero continuábamos en contacto a través de messenger y tuenti hasta la semana pasada.
Ayer recibí de nuevo noticias sobre el estado de Toni. Se está recuperando. Las noticias que me llegaban eran positivas, muy muy positivas. Leía el email con emoción y hasta se me escapaba alguna lagrimilla en el trabajo. Antonio, acababas de mandar a la basura la imagen de tipo duro que pretendía dar en mi trabajo, pero jamás me alegraré tanto de que lo hayas conseguido.
Cuento los días en los que podré volver a discutir contigo, como hicimos la semana pasada, del que es tu único defecto: Ser madridista.
Robando una frase a Larra, repetimos cada día, "por favor, vuelva usted mañana". Estamos con usted y te esperamos, Don Antonio.