Ayer por la noche terminamos en un bar llamado Bukowski, situado en una madeja de calles plagadas de garitos donde olvidar sus nombres (y muchísimas cosas más), entre Tribunal y la plaza del dos de Mayo.
Tras unos tercios, se paró la música para dar paso a poetas que leerían sus versos. Poetas amateurs, poetas improvisados, poetas interpretados y puetas con u, que es lo que viene a ser una mezcla rápida entre un poeta y un pureta.
Siempre tuve en mente un juego sobre poesía para hacer alguna vez en un bar. Es un juego muy sencillo que da título a mi entrada de hoy y está basado en el famoso juego "continúa la historia" donde cada persona escribe un párrafo de una historia improvisada. Mi idea consistía en dejar un ramillete de versos en una servilleta de un bar con un mensaje para el siguiente cliente invitándole a continuar mis rimas. Y lo bauticé como poetas... con los tres puntos suspensivos con el significado de que no sabes lo que viene después, ya que nunca conocerás cómo continúa tu poesía.
Es un juego raro, porque a más de uno le gustaría saber como terminaba aquello que empezó. Pero hay una sensación cobarde alternativa mucho mas gratificante que se basa en la ilusión de pensar que alguien tuvo el talento y, con perdón, los huevos de aceptar tu invitación a escribir. Algo que no podrías tener si hubieses visto que tu poema se ensuciaba con grasa de chorizo y terminaba, inevitablemente, en un cubo de basura.
Me comentó el mayor pueta del local que esa misma mañana se había pasado un buen rato escribiendo su recital, y se lo había dejado en casa antes de partir hacia el Bukowski. Acordándome de mi juego le invité a improvisar en una servilleta y se animó a hacerlo, leyéndolos posteriormente en alto.
Yo no continué sus versos, aunque me hubiese gustado pensar algo, y hoy de vuelta a casa, he recibido la llamada de unas musas y las he contestado por SMS. Esto ha sido mi conato de poema.
Y sin embargo eres
Te mentiría si te dijese
que te conozco más allá
de los pliegues de mis sábanas
del tacto de mis manos
o de la dulzura de tu voz
Me engañaría si me diese
por pensar minutos de más,
por discurrir y hacer cábalas
para vivir otro exceso de grados
tras unas simples gotas de alcohol.
Sueño que te escondes entre jadeos
que esperas junto a mi piano
la salida de un nuevo sol.
Vives entre los rizos de tu pelo
los amores del verano
despegando piezas de tu corazón
Me desgasto entre sonidos y sombras
ilusiones y esperanzas,
juegos, risas y sudor.
Alteras mis ideas si las tocas
te imagino con semblanzas,
que hasta ponen en duda mi honor.
Sin embargo...
No eres más que un conjunto de sensaciones
un enjambre de placeres
o un cúmulo de no se qués.
Un producto de locuciones
que se expresa sin enseres;
Tú eres solo.... lo que lees.
Te mentiría si te dijese
que te conozco más allá
de los pliegues de mis sábanas
del tacto de mis manos
o de la dulzura de tu voz
Me engañaría si me diese
por pensar minutos de más,
por discurrir y hacer cábalas
para vivir otro exceso de grados
tras unas simples gotas de alcohol.
Sueño que te escondes entre jadeos
que esperas junto a mi piano
la salida de un nuevo sol.
Vives entre los rizos de tu pelo
los amores del verano
despegando piezas de tu corazón
Me desgasto entre sonidos y sombras
ilusiones y esperanzas,
juegos, risas y sudor.
Alteras mis ideas si las tocas
te imagino con semblanzas,
que hasta ponen en duda mi honor.
Sin embargo...
No eres más que un conjunto de sensaciones
un enjambre de placeres
o un cúmulo de no se qués.
Un producto de locuciones
que se expresa sin enseres;
Tú eres solo.... lo que lees.