cambalache.
(De cambiar).
1. m. Trueque, considerado con desprecio, jactancia, satisfacción, pesar u otro movimiento del ánimo que se expresa por el tono y el contexto.
2. m. Trueque hecho con afán de ganancia.
3. m. Trueque de diversos objetos, valiosos o no. U. t. en sent. despect.
4. m. coloq. Trueque, con frecuencia malicioso, de objetos de poco valor.
5. m. Arg., Par. y Ur. prendería.
Ayer, tras pasar a recoger mi diploma y el dvd con la secuencia que grabamos en el cursillo del instituto del cine, vacié mis bolsillos en mi cuarto y me encontré con una novedad encima de mi portátil.
Esta sorpresa era consistía en un par de folios con una de las partituras que, inconscientemente, más deseaba tener. Un tango de Enrique Santos Discépolo llamado Cambalache.
Mi padre llevaba tiempo buscando esa partitura en todos sus viajes a Argentina para regalármela y al final la pidió y se la trajeron desde allí.
Mi familia es muy aficionada a los tangos, es algo que se lleva arrastrando desde mi bisabuelo, que yo tenga constancia, y se recuerda a menudo la cantidad de veces que mi abuelo escuchaba y cantaba tangos de Carlos Gardel.
Cuando yo estudiaba piano, entre 1992 y 2000, el primer tango que toqué no fue ni siquiera un tango argentino, sino que se trataba del Tango de Albéniz, de la Suite Española.
Yo no soy un experto en tangos, pero me gusta escucharlos de vez en cuando y muchos, como este Cambalache, me parecen de las mejores letras de canciones que se pueden haber escrito.
Resultará un poco largo escribirlo entero, pero os aseguro que merece la pena para comprobar que, desde 1935, Discépolo veía el mundo tal y como está ahora (Serrat lo confirmó en su disco Serrat en Directo allá por 1984).
CAMBALACHE
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también;
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y argaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
¡Que falta de respeto,
qué atropello a la razón!
cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto al calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamo´a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley.
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también;
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y argaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
¡Que falta de respeto,
qué atropello a la razón!
cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto al calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamo´a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley.
Sin embargo, a pesar de que esta letra no hace falta que lo haga, el tango evoluciona, da pasos hacia adelante y, como el flamenco, se mezcla con otros estilos. Así como en España se pone cada vez más de moda el flamenco fusión con grupos tan populares como Chambao (aunque la palabra fusión se utilice más de la cuenta y la mayoría de las veces mal) desde hace tiempo escucho tango fusión.
El grupo Gotan Project (Gotan son las sílabas de tango invertidas) se dedica al tango mezclado con estilos tan diferentes como el house y el rap. Un estilo realmente interesante.
Este grupo me lo presentó Svaj Malizo por email hace mucho tiempo, pero realmente volví a coger interés cuando le visité en Lille a finales del 2007.
Los bailes del tango son los más expresivos y sensuales (aparte de los del reggaeton, está claro) y combinan a la perfección movimientos rápidos con lentos. Cuando se baila un tango la letra, la tenga o no, se escribe con el cuerpo.
El tango está de moda, posiblemente en segundo plano, pero está de moda y si no, que se lo digan a Richard Gere y a Jennifer Lopez en Shall we dance? que bailaban Santa María del Buen Ayre de Gotan Project o a Pedro Almodovar que dedicó casi una película a Volver de Gardel.
Los bailes del tango son los más expresivos y sensuales (aparte de los del reggaeton, está claro) y combinan a la perfección movimientos rápidos con lentos. Cuando se baila un tango la letra, la tenga o no, se escribe con el cuerpo.
El tango está de moda, posiblemente en segundo plano, pero está de moda y si no, que se lo digan a Richard Gere y a Jennifer Lopez en Shall we dance? que bailaban Santa María del Buen Ayre de Gotan Project o a Pedro Almodovar que dedicó casi una película a Volver de Gardel.
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