Estaba escrito. Tras su post cenizo del miércoles 14 de Mayo, Lothse vació sus cenizas en mi coche y pasó lo que hoy intentaré describir con todo lujo de detalles. Pero antes, como me encantan las películas, adelanto una imagen de la trama.
El miércoles por la noche, tras varias insistencias de mi madre, accedí a comer con ellos en el Escorial.
Mis padres iban bastante temprano así que yo decidí ir mas tarde para llegar allí a la hora de comer, y volver después de cenar puesto que hoy trabajaba.
A la una y media, salí de Madrid rubo al Escorial. Sonaba Take a walk on the wild side de fondo, cantada por Lou Reed y Suzanne Vega. Y realmente algo "wild" fue.
Tras varios kilómetros a velocidad de crucero de la A6 (132 km/h) el coche empieza a protestar con un pitido que no pegaba mucho con la canción que en ese momento sonaba: Bad Day, de Daniel Powder. Miré el cuadro de mandos y estaba hecho un poema: Un aviso de sonido por temperatura del motor, un aviso visual de alarma de temperatura del motor, 10 lineas de un total de 10 en el indicador de temperatura del motor y el motor limitado a 80 km/h para no seguir rompiendo el coche por la temperatura del motor. "Va a ser que el motor está muy caliente" - pensé.
Estaba a la altura de Torrelodones y me salí inmediatamente para buscar un sitio donde arrimarme. Mientras buscaba sitio cerca de la autopista, llamé a mis padres para avisarles de la avería y, una vez aparcado bien lejos de la autopista (Torrelodones no está hecho para aparcar, señores) llamé a la Mutua para pedir asistencia. Benditos móviles.
Dí los datos, mi móvil, conté lo que pasaba y volví a llamar a mis padres para decirles la situación y que venía la grúa de camino. Benditos móviles.
Aproveché para llamar a Ford y solicitar la dirección y teléfono de algún taller por el Escorial donde llevar el coche. Benditos móviles.
Unos minutos más tarde me llamaron de la Mutua avisándome de un retraso de 15 minutos de la grúa. "Por favor, mantenga el móvil disponible, es necesario por si hay algún problema. Le avisaremos, gracias". Benditos móviles.
Llamé de nuevo a mis padres para avisarles del retraso y para que no se preocuparan si llegaba más tarde de lo que les había dicho y "bip bip". "Mamá? Mamá?? Mierda!!!!!". Sí, señores, móvil sin batería. Malditos móviles.
Mientras esperaba a la grúa abrí el coche. Me disfrazo de mecánico profesional y como tal me autoconvenzo "Esto es el manguito fijo, el manguito, mira que lo dije que hay que revisar los maguitos!!!!". Se abría ante mí una buena mesa de operaciones. Es decir, esto:
Mis padres iban bastante temprano así que yo decidí ir mas tarde para llegar allí a la hora de comer, y volver después de cenar puesto que hoy trabajaba.
A la una y media, salí de Madrid rubo al Escorial. Sonaba Take a walk on the wild side de fondo, cantada por Lou Reed y Suzanne Vega. Y realmente algo "wild" fue.
Tras varios kilómetros a velocidad de crucero de la A6 (132 km/h) el coche empieza a protestar con un pitido que no pegaba mucho con la canción que en ese momento sonaba: Bad Day, de Daniel Powder. Miré el cuadro de mandos y estaba hecho un poema: Un aviso de sonido por temperatura del motor, un aviso visual de alarma de temperatura del motor, 10 lineas de un total de 10 en el indicador de temperatura del motor y el motor limitado a 80 km/h para no seguir rompiendo el coche por la temperatura del motor. "Va a ser que el motor está muy caliente" - pensé.
Estaba a la altura de Torrelodones y me salí inmediatamente para buscar un sitio donde arrimarme. Mientras buscaba sitio cerca de la autopista, llamé a mis padres para avisarles de la avería y, una vez aparcado bien lejos de la autopista (Torrelodones no está hecho para aparcar, señores) llamé a la Mutua para pedir asistencia. Benditos móviles.
Dí los datos, mi móvil, conté lo que pasaba y volví a llamar a mis padres para decirles la situación y que venía la grúa de camino. Benditos móviles.
Aproveché para llamar a Ford y solicitar la dirección y teléfono de algún taller por el Escorial donde llevar el coche. Benditos móviles.
Unos minutos más tarde me llamaron de la Mutua avisándome de un retraso de 15 minutos de la grúa. "Por favor, mantenga el móvil disponible, es necesario por si hay algún problema. Le avisaremos, gracias". Benditos móviles.
Llamé de nuevo a mis padres para avisarles del retraso y para que no se preocuparan si llegaba más tarde de lo que les había dicho y "bip bip". "Mamá? Mamá?? Mierda!!!!!". Sí, señores, móvil sin batería. Malditos móviles.
Mientras esperaba a la grúa abrí el coche. Me disfrazo de mecánico profesional y como tal me autoconvenzo "Esto es el manguito fijo, el manguito, mira que lo dije que hay que revisar los maguitos!!!!". Se abría ante mí una buena mesa de operaciones. Es decir, esto:
Lo que vi yo, así de primeras, fue el bote de plastico de la izquierda. Ese que en la foto parece tener en el fondo un color rosa, solo que cuando lo ví el bote era de color blanco en su totalidad. Esto quiere decir que el bote estaba vacío. "Seguro que algun manguito mal apretado lo ha vaciado".
Ese bote es el refrigerante del motor, que también es necesario para la calefacción. Hace ya unos días, mi madre, que usa este coche más que yo, me advirtió que la calefacción no funcionaba. Mucho me temo que desde entonces el motor de este coche ha estado sin refrigerar.
Creo que es hora de llamar a la Mutua para comentarles mis descubrimientos.
Pero claro, tengo que buscar cómo. La grúa estaba viniendo, así que no me podía alejar del coche, eran casi las tres de la tarde y no había nadie por la calle por lo que mendigar un móvil se hacía cuesta arriba y buscar un bar cercano sería la mejor opción pero.... lo se... es triste.. tenía en efectivo 1 euro y 27 céntimos. Y aun así, no había bares cercanos al coche.
Mendigué dos veces para conseguir hacer un par de llamadas con las que avisar a mi madre de dos cosas: La primera vez para comentarle que no tenía batería y que diese su móvil a la mutua para que, en caso de problemas, le avisasen a ella. Y la segunda, una hora después, para preguntarle si le habían dicho algo de que la grúa se hubiese perdido. Diez minutos después apareció la grúa y eran las cuatro y media.
Desde el móvil del conductor de la grúa hice una llamada al taller para pedir cita, pero el taller no abría hasta las cinco de la tarde así que decidí dejar el coche en el chalet, comer con mis padres y subir el coche por la tarde.
Llegamos a mi casa, dejamos el coche y, como no había cogido llaves del chalet (lo que hace la confianza de que todo va a salir perfecto), llamo al timbre. No hay nadie en casa. Genial!!
"Disculpe, podría hacer otra llamada desde su móvil" - le dije al mecánico de la grúa - "Para localizar a mis padres". "Por supuesto, el móvil está en la cabina". Menos mal que todas, absolutamente todas, las personas a las que acudí ayer eran simpáticas. Ninguna tuvo un mal gesto conmigo.
Mis padres estaban esperándome en el taller, puesto que la Mutua les dijo que llevábamos el coche al taller. Un ole por la Mutua.
Tras comer a las cinco de la tarde (me acordé de ti, Lothse) y echarme un rato en el jardín, que me lo tenía merecido, saqué las fotos de este post.
Creo que es hora de llamar a la Mutua para comentarles mis descubrimientos.
Pero claro, tengo que buscar cómo. La grúa estaba viniendo, así que no me podía alejar del coche, eran casi las tres de la tarde y no había nadie por la calle por lo que mendigar un móvil se hacía cuesta arriba y buscar un bar cercano sería la mejor opción pero.... lo se... es triste.. tenía en efectivo 1 euro y 27 céntimos. Y aun así, no había bares cercanos al coche.
Mendigué dos veces para conseguir hacer un par de llamadas con las que avisar a mi madre de dos cosas: La primera vez para comentarle que no tenía batería y que diese su móvil a la mutua para que, en caso de problemas, le avisasen a ella. Y la segunda, una hora después, para preguntarle si le habían dicho algo de que la grúa se hubiese perdido. Diez minutos después apareció la grúa y eran las cuatro y media.
Desde el móvil del conductor de la grúa hice una llamada al taller para pedir cita, pero el taller no abría hasta las cinco de la tarde así que decidí dejar el coche en el chalet, comer con mis padres y subir el coche por la tarde.
Llegamos a mi casa, dejamos el coche y, como no había cogido llaves del chalet (lo que hace la confianza de que todo va a salir perfecto), llamo al timbre. No hay nadie en casa. Genial!!
"Disculpe, podría hacer otra llamada desde su móvil" - le dije al mecánico de la grúa - "Para localizar a mis padres". "Por supuesto, el móvil está en la cabina". Menos mal que todas, absolutamente todas, las personas a las que acudí ayer eran simpáticas. Ninguna tuvo un mal gesto conmigo.
Mis padres estaban esperándome en el taller, puesto que la Mutua les dijo que llevábamos el coche al taller. Un ole por la Mutua.
Tras comer a las cinco de la tarde (me acordé de ti, Lothse) y echarme un rato en el jardín, que me lo tenía merecido, saqué las fotos de este post.
Lo bueno de las subidas es que una vez arriba, lo que ves es cuesta abajo. Así que me acerqué al taller a por una garrafa de líquido refrigerante antes de romper la culata como le pasó a mi amigo Pablo con su Range Rover.
Una vez tenía el coche con el líquido a nivel subí al taller. Después de todo lo que había pasado, lo peor que podría pasarme es que me deje mi novia. Aja! menos mal que novia no tengo, así que no tendré ese problema.... y..... y..... tenía que sonar: Dry your eyes de The Streets. Allí en el taller, nos atendió un mecánico al que le expliqué mi problema.
Hay dos típicos mecánicos que te puedes encontrar. El primero es un señor gordo, con bigote y cigarro o puro en la mano, lleno de grasa al que le comentas el problema y te dice: "Bueno pues eso es de la junta, que se ha secado la goma, se ha agrietado y sale el líquido". Sin que tu puedas decir nada el mecánico te ha cambiado cuatro tubos, vaciado el aceite y cobrado todos los cambios, y el coche... el coche sigue igual.
El segundo, un señor de avanzada edad, que arregla coches desde que con 12 años ayudaba al mecánico del pueblo a cambio de una paga mensual de dos pesetas. A esta persona, le cuentas el problema y te escucha, te da preferencia ya que estás allí y le echa un primer ojo al motor. Te invita a pasar debajo del coche para que veas tu también por donde cae el líquido y no toca nada si no tiene seguridad de que eso sea el origen del fallo.
Por suerte me tocó el segundo, pero no pudo arreglarlo en ese momento ya que veíamos por donde caía, pero no de donde caía y habría que desmontar parte del coche para poder verlo. El hombre tenía cara de preocupado por el coche, y le fastidiaba no haberlo podido arreglar. No paraba de repetirlo. "En cuanto lo tenga arreglado, subiré al taller para comentarle lo que fallaba" - le dije. "Muchas gracias, y lo siento por no haber podido hacer nada"- contestó. "Gracias a usted, faltaría más, no se preocupe que ha visto todo lo que pudo". Media hora de revisión de coche y el hombre no quería cobrar nada por ello. Eso se merece una buena propina.
Despues de todo esto volví a casa, pasé el resto de tarde con mi abuela, mis tios, mis padres y mi prima. Cené y volví a Madrid, confiando en que, en 42 km, el coche no se calentaría. Con una garrafa de cinco litros de liquido refrigerante como copiloto y mirando cada 5 segundos el indicador de temperatura del motor.
Llegué a Madrid a las once y media. Noche cerrada y de fondo, sonaba el mismo disco que no cambié en todo el trayecto. Esta vez la canción era Sunny, la versión de Paul Carrack. Curiosa banda sonora para un día tan especial.
4 comentarios:
Vaya odisea! madre mía!! Menos mal que al final todo salió bien y que encima tuviste la suerte de encontrarte con gente en buena disposición. Por lo que se ve, no vacié todo el cenicero en tu coche ;)
La narrativa acompañada de momentos musicales es total!!!
Creeme que ese disco debe estar maldito. Lo he subido a casa.
Cuando el coche falla... toca las narices. Por fortuna encontraste buen mecanico, me paso parecido hace poco que me dieron un golpe y di con un mecanico muy majo que lo mismo, 40mins de mirar bajo el capo y levantar coche en bancada y no quiso cobrar nada :)
La verdad es que si, manu, y agradezco la gente que se porta de esa manera. Cuando estás en esas situaciones, cualquier tontería puede hacer que pierdas los papeles.
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