La despedida (diálogo)
El: Está bien, has llegado, ¿lo ves? no era tan tarde como decías, te da tiempo a coger el avión con calma
Ella: Puff gracias, me veía en un atasco, ya sabes como soy yo para estas cosas, que me altero y...
(beso)
El: Lo se..... y me gusta, que quieres que le haga. Siempre te alteras por llegar tarde y nunca hemos perdido ningún avión.
Ella (con una sonrisa tímida): Shhh calla, no me hagas darte por el gusto otra vez y pierda el avión de verdad. ¿Has leído la puerta por la que embarco?
El: Lo sigo buscando en tus ojos, q te has hecho hoy, ¿por qué brillan tanto? déjamelos mirar otra vez, por favor.
Ella (retirándose y cogiendo los billetes): Por favor, déjame ver la puerta, ya tendrás tiempo de mirarlos. Veamos..asiento..
El (interrumpiendo): El 12A, en la parte de delante, para que no te moleste las vistas el ala.
Ella: Estas en todo (sonríe) terminal... fumador no... no se para que pondrán eso, ya no dejan fumar en los vuelos.... aquí está, puerta C. ¿Dónde queda eso?
El: ¿Quieres? he comprado dos croissants mientras tu estabas aprendiendo a leer.(pausa, ella pone cara de q no le ha hecho gracia, él sonríe) Es broma, ven aquí. ¿Tienes ganas de irte?
Ella: Pues si y no, sabes que este viaje me apetece mucho, pero no me gusta que no hayas podido coger vacaciones. Me hubiese gustado que me acompañases. Además, no hay fecha de vuelta, y eso no me gusta nada.
El: Yo estoy esperando a que te vayas cuanto antes
Ella: ¿Cómo? ¿Qué te han dado hoy, estás tonto?
El: Tengo muchísimas ganas de venir a recogerte cuando vuelvas, eso es todo, me encantan esos abrazos que suman los de 4 días sin vernos.
(dirigiéndose al camarero)
El: Oiga, ¿cuánto es? Quédese con el cambio, muchas gracias.
Ella: Ya anuncian mi vuelo, muchas gracias por el desayuno (beso) Cuídate, nos vemos a la vuelta
El: Por supuesto, a ver que sorpresa te preparo.
Ella: Estoy impaciente. Te quiero.
El: Te quiero.
Y así ella cruzó el control del aeropuerto, como si dejases caer un pétalo de una margarita. Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere.... ¿volverá, no volverá?
(Original escrito el 14 de mayo del 2007)
Se había ido...
Nada más despedirme de ella, volví a la mesa de la cafetería y me quedé mirando a las pantallas para ver cuando despegaba el avión. Siempre me gustó estar ahí mientras estuviese en tierra, por si había cancelaciones o retrasos, y Laura siempre lo hacía cuando yo me iba de viaje, aunque mis viajes eran bastante más cortos que el que acababa de comenzar ella.
Pedí un zumo de naranja al camarero y vi que en la mesa alguien se había dejado una cajetilla de tabaco a medias. La aparté un poco y me tomé mi zumo. Al cabo de un rato nadie se había interesado por la cajetilla, así que tomé prestado uno y pedí fuego al camarero.
Tras un par de caladas, los monitores señalaron que el avión había despegado. "Ya está" - me dije, y me giré en la silla situando mi mirada a la barra para pagar el zumo.
Salí por la puerta dando mi cuarta calada, la verdad es que me estaba sentando bien y eso que dejé de fumar hace 3 años, cuando me trasladé a vivir con Laura, porque ella me lo pidió. Pero bueno, hoy era una excepción, "solo fumaré uno" - pensé.
Al llegar al coche, todavía no había terminado el cigarro, lo miré durante un instante y lo tiré con desprecio. Me había pasado mucho tiempo dependiendo de esas barritas de alquitrán disimuladas en un papel, como para volver a fumarlas.
Una vez aparqué el coche en el garaje, me fui al jardín con Robert, mi perro, un labrador negro que le regalé a mi novia el segundo año de vivir juntos. Ya que teníamos jardín era una forma de disfrutar de él y sobre todo, cuando no estábamos juntos, era una gran compañía.
Había pasado 30 minutos sin Laura y ya me empezaba a preocupar todo lo que le echaba de menos.
Sin darme cuenta, eché mano al bolsillo de la camisa, y por desgracia ahí estaba el paquete de tabaco que había encontrado.
Pedí un zumo de naranja al camarero y vi que en la mesa alguien se había dejado una cajetilla de tabaco a medias. La aparté un poco y me tomé mi zumo. Al cabo de un rato nadie se había interesado por la cajetilla, así que tomé prestado uno y pedí fuego al camarero.
Tras un par de caladas, los monitores señalaron que el avión había despegado. "Ya está" - me dije, y me giré en la silla situando mi mirada a la barra para pagar el zumo.
Salí por la puerta dando mi cuarta calada, la verdad es que me estaba sentando bien y eso que dejé de fumar hace 3 años, cuando me trasladé a vivir con Laura, porque ella me lo pidió. Pero bueno, hoy era una excepción, "solo fumaré uno" - pensé.
Al llegar al coche, todavía no había terminado el cigarro, lo miré durante un instante y lo tiré con desprecio. Me había pasado mucho tiempo dependiendo de esas barritas de alquitrán disimuladas en un papel, como para volver a fumarlas.
Una vez aparqué el coche en el garaje, me fui al jardín con Robert, mi perro, un labrador negro que le regalé a mi novia el segundo año de vivir juntos. Ya que teníamos jardín era una forma de disfrutar de él y sobre todo, cuando no estábamos juntos, era una gran compañía.
Había pasado 30 minutos sin Laura y ya me empezaba a preocupar todo lo que le echaba de menos.
Sin darme cuenta, eché mano al bolsillo de la camisa, y por desgracia ahí estaba el paquete de tabaco que había encontrado.
(Original escrito el 11 de junio del 2007)
El 14 de mayo del 2007 cogí un boli al darme cuenta de que por mucho que llevaba escrito e inventado, jamás había escrito un diálogo de más de 4 frases, y todo a raíz de un vídeo de Kevin Smith en el que en un momento dice "Yo solo sé escribir diálogos en mis guiones".
Necesitaba un motivo para escribir un diálogo, así que me imaginé una despedida, que me parecía un tema fácil y corto y me puse a dibujar letras como un loco en el papel.
Lo publiqué en mi anterior blog personal, los espacios del messenger de MSN, y alguna que otra persona se enganchó a mi historia (¡¡con tan solo un diálogo!! ) y me pidió que lo continuase, así que me monté una película en mi cabeza, como tantas otras, y decidí seguirla adelante poco a poco el 11 de Junio.
La idea sigue en mi cabeza 3 años y medio después, pese al alzheimer que a veces piensa la gente que tengo, y, dado que mi historia con Eva se ha terminado, creo que es momento de continuar esta antigua historia.
Para evitar malentendidos, y aunque esta historia la comencé hace mucho tiempo, cambiaré el nombre de la protagonista.
Y por último, si alguien quiere recordar mi vida con Eva, podrá encontrar todas las entradas bajo la etiqueta M'eva .