25 de febrero de 2010

La política y la RAE

Hace bastantes años Rosa Díez se distanció de su hasta entonces partido (PSE-EE PSOE) por desacuerdos con la directiva de su partido. En ese momento Rosa, se convirtió en la cara de las personas que no se decantaban por un PSOE que cedía ante los terroristas ni por un PP que ponía cada vez más distancia echándose a la derecha.

Ni tanto ni tan calvo, Rosa Díez era la opción más centrada en la política del país. Esto generó cientos de detractores por ambos bandos. Por la derecha se la tachaba de anti-PP por no unirse a ellos en vez de formar un partido independiente mientras que por la izquierda era condenada por traición al partido sin dejar el puesto de eurodiputada.

Sin embargo, Rosa, con profesionalidad salió airosa de estas polémicas, preparó las elecciones nacionales y consiguió un número de votos impensable para el poco tiempo que llevaba como independiente. A partir de ahí cesaron las polémicas entre partidos. Tras las elecciones, el señor Rodríguez había ganado la presidencia, pero había otra noticia que no dejaba indiferente al lector: UPyD había arañado un escaño. Suficiente como para tener una alternativa de oposición al gobierno.


Desde ese escaño Rosa defendió un cambio en la ley electoral, una despolitización de las cajas,... que no llevaron a buen puerto, pero que antes no tenían voz. UPyD tenía intención, pero no tenía respaldo, los grupos grandes se comen sus propuestas. Es la pescadilla que muerde la cola. Si no apoyan tus propuestas, éstas no salen adelante, si no salen adelante tendrás menos respaldo.

La opinión que hace dos años puso por las nubes a UPyD ahora mismo la devuelve a nivel del mar esperando tiempos mejores. El trabajo es sencillo, mantener el sitio hasta que sea hora de empezar campaña. Tan solo hay que tener cuidado en las palabras que manejas y no te estampes contra la portada del diccionario de la RAE.

"Es gallego, en el sentido más peyorativo del término"

Desconozco si fue un error o fue intencionado, pero usar gentilicios como insulto es totalmente antiproductivo, tanto para ti como figura pública como para el partido y por supuesto para las personas que te votaron.

La acepción de tonto como sinónimo de gallego no es castellana sino sudamericana. La cantidad de inmigrantes españoles que sudamérica recibió tenía una gran representación gallega y se pasó a llamar gallegos a los inmigrantes españoles por generalización. Estas personas desorientadas, que buscaban una vida mejor, fueron objetos de burla en chistes y surgió el sinónimo de tonto a la palabra gallego. Tanto se extendió este significado queda reflejado en el diccionario de la Real Academia Española que tanto limpia, fija y da esplendor.

Rosa, como española también eres gallega y eras tonta. Pero gracias a Dios hace un año que dejaste de serlo formalmente en la Real Academia, como nuestro presidente del gobierno, como todos los españoles y en especial como todos los gallegos.



1 comentario:

Natalia Mallo dijo...

...problemas de ética contemporanea...