28 de marzo de 2010

Chema se casa y necesitamos ayuda

Pues sí, señores, Chema se casa y necesitamos ayuda, pero antes os pongo en antecedentes.

Para quien no sepa quién es Chema, se trata de Jose María Manzanares Ruél. Un personaje de veintisiete años, de nuestro grupo de amigos desde párvulos hasta el final de bachillerato.

Chema había compartido grandes aventuras con lo que llamamos en su día el comando Quintano. A la cabeza se situaba Chema, seguido fielmente por Miguelito Daimiel y por debajo la plebe compuesta por Ricardo Almendralejo Suarez, Fabio Lizarazu Etxebanoberría, Manuel Gándara y su hermano Tinín y por último yo.


La razón por la que nos hacíamos llamar el comando Quintano para sembrar el pánico en los recreos era muy sencilla. Alfredo Quintano Mancebo era un chico torpe que se apuntaba a todas nuestras hazañas y lo sacrificábamos para librarnos de los castigos, lo que se llama hoy en día chivo expiatorio. ¿Quién lo firma? Lo firma Quintano. Pero Quintano como grupo, no como persona. Eso es algo que se nos olvidaba aclarar siempre y al pobrecito de Alfredo le caían todas.

Éramos duros. De nuestra formación podrían salir un pelotón de los mejores legionarios del país. Si había que superar obstáculos, se superaban como en el caso en el que pretendíamos bajar al gimnasio desde la clase por la ventana con una cuerda atada a los pupitres por no dar toda la vuelta por las escaleras. Evidentemente el primero que bajó y al único que pillaron fue a Quintano, que asumió valientemente toda la responsabilidad de nuestro acto.

Otro episodio fue el de la cadena y la moto de don Luís, en aquel momento profesor de historia y director del colegio. El 15 de Mayo iba a ser el cumpleaños de Chema y, como era el líder, decidimos regalarle una vuelta en una moto chula chula como la de don Luís. Así que nos pusimos en marcha, le quitamos las llaves de la moto a don Luis y nos aseguramos de que no nos la robaban poniéndole una cadena con candado. Al día siguiente mientras don Luís buscaba al responsable por las aulas, le dimos nuestro regalo a Chema que salió a dar una vuelta, se comió un bordillo dejando unas muescas en la moto que delataban la osadía.



Con lógica aplastante nos inventamos la excusa mientras volvíamos a dejar la moto en su sitio. Esa misma mañana antes de entrar a clase vimos a una persona con malas pintas intentar apoderarse de la moto de don Luis. Cuando estaba arrancando para llevársela el heroico Quintano saltó atrapando al rufián y cayendo ambos al suelo. En la caída Quintano cayó mal (para darle realismo) partiéndose un brazo y el ladrón sin demora ni disculpa se dio a la fuga. Esto significaba que Quintano se debía sacrificar por el grupo rompiéndose un brazo y como buen grupo democrático así se procedió siguiendo las votaciones: 7 votos a favor y 1 en contra, casualmente, el del propio Quintano.

Desgraciadamente al finalizar bachillerato nos disgregamos y desde aquel día no tenemos noticias de Quintano, pero aun así nos seguíamos viendo una vez por semana.

En estos momentos estamos preparando las bromas de la boda de Chema. Cada uno va haciendo aportaciones y tenemos pensadas entre todos las siguientes. Son pocas, admitimos sugerencias:

  • Precintar la puerta de la iglesia (ya tenemos la cinta comprada en los chinos).
  • Justo antes de entrar a la iglesia y sin que pueda colaborar su novia ni el cura, prometerle 5 euros por cada segundo que pase entre que el cura le ceda la palabra hasta que diga "Sí, quiero."
  • Lanzamiento de arroz de forma original. En concreto hemos hecho bolsitas de arroz con petardo y mecha. Se trata de encenderlos y lanzarlos cual granada, explotando en el aire y desperdigando los granos de arroz.
  • Fabio, que trabaja en televisión, va a acudir con un famoso presentador reconocido homosexual como pareja. Fabio es el amigo favorito de la madre de Chema y siempre le quiso como novio de su hija, aunque estos no pasaron más allá de algún que otro encuentro nocturno.
  • A falta de Quintano, hemos encargado una pre-tarta, antes de la tarta oficial, de la que saldrá una profesional del sector que suma la friolera de 74 primaveras y aparecerá en ropa interior frente a la mesa presidencial.
  • Hemos comprado unos cuantos vasitos de plástico, que llenaremos de agua y distribuiremos a lo largo y ancho de la casa donde van a vivir, para que tengan que ir recogiendo de uno en uno.

1 comentario:

Alcantarisa dijo...

No puede ser!!! jajajajaja las bromas bestiales, algunas de ellas, incluso diría que heavys, pero vamos que yo me apunto más de una! :D