17 de enero de 2011

Carta a una Olivetti

Querida Sandra,

Pese a ser un mensaje privado lo que me enviaste, te contesto vía blog, ya que ambos somos bloggers, y además acostumbramos a comunicarnos a través de las más altas tecnologías. Sirvan como ejemplo Twitter y Facebook. Métodos tan nuestros, tan impersonalmente nuestros.

La razón por la que hablo en alto es sencilla: No eres la única que se siente igual. Así que responderé a más de una persona con tu ejemplo.

Adivinar las cosas no siempre es muy complicado y me encanta jugar a eso. A veces lanzas un envido a ciegas sobre algo improbable, para obtener una respuesta donde te digan lo que intentas adivinar (Por ejemplo, decirte que ahora mismo vas a coger frío si sigues leyendo esto estando en calcetines por casa). Otras veces unes pistas y apuestas por tu conclusión. 

Días atrás me comentaste las novedades por las tierras británicas y obviamente tu estado Lost in Translation tenía que ver con aquello. No podía ser simplemente Liverpool, ya llevas tiempo allí, por lo que solo me quedaba una opción. Y fallé. Pensaba que te perdías con el lenguaje tan técnico que usarían en ese entorno, creyendo que ya estabas dentro.

Ambos contábamos con que tu paso ya estaba dado, y tropezamos. No es ningún error, simplemente es una posibilidad que no contemplaste. Salir a la calle y que empiece a llover o, más gráfico aún y más inglés si cabe, estrenar unas zapatillas y pisar una mierda (Shit happens). Es imposible, y para mi gusto desaconsejable, estar en todo.

Te preparaste para un día en especial, seleccionaste cuidadosamente hasta el calzado que ibas a llevar, superando las mas duras decisiones de las mujeres, las estéticas, y probablemente, ensayaste la sonrisa para un desenlace feliz y una actitud a mitad de camino entre la seriedad y una amabilidad cálida. Y todo quedó congelado por las formas en las que te respondieron. 

Aprende de esto. Tuviste el valor de enfrentarte a ello, y eso es una experiencia más. Como bien dijiste la Tierra sigue girando ajena a todo, intentando morderse la cola. No tenemos más remedio que seguir adelante que para eso el mundo nos da impulso. Aunque tu olivetti se marque un blues, tu puedes sonreir a la vez.


Imagínate ser guionista por un momento. Acabas de terminar un guión de una serie que sabes que puede tener éxito. Ha enganchado a tus familiares y a tus amigos cercanos. Hasta el más crítico y pedante amigo te da la enhorabuena incapaz de sacarle peros a tus letras. Apuestas por tu escrito porque tienes la convicción de que saldrá adelante. Así que un día consigues una entrevista en la FOX, les enseñas con detalle toda tu idea, los puntos fuertes e intentas llegar a un acuerdo para que esa serie se produzca.

Estás convencido de que lo tienes todo a favor, en tu mente esa serie va a salir adelante. Hasta que llama FOX y te dice que no.

Te acaban de cerrar una puerta y has visto que todo el tiempo que pasaste escribiendo ha concluido en una llamada de teléfono. ¿Vas a tirar tu guión, con lo bien que te quedó encuadernado?

Dos años después FOX te llama interesada por tu antigua propuesta, llegáis a un acuerdo y la serie se rueda íntegra (no solo lo que pensabas, sino que te renuevan para cuatro temporadas y eres líder de audiencias). Como diría Ari Gold en el Séquito: Bam!

Así que nada, a seguir buscando y a usar esos zapatos una y otra vez hasta que el curro caiga. Tu historia puede ser como la serie que te he comentado, que por cierto, se llamó Prison Break.

Y ya por último: ¿Algún edificio de telefonía en Liverpool donde te apetezca quedar para unas pintas? ;-)

Bicos varios

No hay comentarios: