22 de mayo de 2015

Bali 2015: Canggu (Parte 4)

Llegamos a Canggu tras la paradita en Balian. Nuestro conductor nos dirigió primero a la playa de Batu Bolong para ver un mar revuelto y con poco sentido en el que de vez en cuando aparecía alguna cabeza de alumnos entre las espumas.
Canggu es muy distinto a lo que habíamos vivido en Medewi. En esta zona los australianos se multiplican allá donde mires y el color oficial de pelo es el rubio. Es tal la cantidad de gente rubia que no entiendo como no existe como tinte capilar el color Rubio Canggu.

En esta zona frecuentamos tres playas, de oeste a este: Echo Beach, Oldmans y la que os nombré antes Batu Bolong, todas muy diferentes entre sí, cosa que también me llamó la atención.

Empezando por Echo Beach, es una playa con varios picos y la encontramos bastante masificada. El de mayor calidad es un pico de roca situado a la izquierda de la playa, que rompe de izquierdas aunque algún aventurero lo intenta surfear de derechas, tubera y constante. En el resto de la playa los picos se forman por bancos de arena, de menor calidad pero más asequibles cuando no hay el suficiente nivel. Estos picos están bastante masificados y a veces reina el caos.


En la orilla hay cuatro o cinco warungs, que comparten terraza todos ellos, justo enfrente del pico de roca, por lo que, tras una sesión de surf, no hay mejor plan que un buen zumo de frutas mientras ves los tubos y los wipeouts en la mejor ola de la playa.

La siguiente playa, Oldmans, tiene un acceso por un camino de tierra que finaliza en unas escaleras rotas y arrastradas por el mar, por lo que hay que saltar a la arena. Oldmans no tiene ningún warung y es una playa con rompiente de arena en la que de vez en cuando aparece alguna roca aislada. Hay varios picos, aunque el más consistente, dentro de la inconsistencia de la arena, se sitúa un poco a la izquierda del acceso a la playa.

Por último Batu Bolong, de características similares a Oldmans en cuanto a rompiente, con bancos de arena y alguna roca, pero con un acceso a través de unas escaleras en forma de gradas, tenderetes de mercadillo donde comprar artesanías o alquilar alguna tabla de iniciación y un gran bar repleto de sofás con decoración multicolor donde poder tomarte desde un zumo de frutas hasta un plato de pasta al pesto o el famoso nasi goreng.

En cuanto al entorno, Canggu está repleta de restaurantes con comida de todo tipo, tiendas de surf (tablas y ropa), la famosa Deus Ex Machina, algunos talleres de reparación (famosos por sus carteles "ding repair") y construcción de tablas algo más al interior y varios spa con pinta de lujo en los que pasamos de preguntar.


Probamos varios sitios para desayunar, comer y cenar y repetimos en algunos de ellos, como el Ithaka, Dandelion y el Oldmans. Como dije, en Canggu puedes encontrar prácticamente cualquier tipo de comida, desde hamburguesas en el curioso BJ que puso música de Julio Iglesias, pizzas en Pizza House, gazpacho en Ithaka (el dueño es de Logroño), pasta al pesto en el restaurante Oldmans, recetas indonesias y tailandesas en el Dandelion...etc. A destacar sobre todo los pescados a la parrilla, además del excelente atún en un lugar en el que Miguel insiste en llamar Secret Spot, se puede degustar red snapper y mahi mahi.

En Pizza House y Oldmans hay de vez en cuando fiestas y conciertos en directo, pero los planes de noche más famosos de Canggu se lo lleva Deus Ex Machina. Deus Ex Machina es una tienda de ropa, tablas de surf exclusivas y motos customizadas que incluye un bar/restaurante y una zona chill en la parte trasera con puffs, cesped y donde se organizan también conciertos o sesiones con Dj. Aquí fue donde quedamos con Fran, un amigo almeriense con el que surfeamos de vez en cuando en España, que, tras unos meses viviendo en Australia, hizo coincidir su vuelo a Bali con el nuestro antes de irse a Madrid.

Fran nos contó alguna experiencia en Canggu con el Nyepi. Se alojaba en un surfcamp y tras cenar, subió a la cocina a limpiar los platos. Debido a las restricciones de luz, encendió la linterna del móvil para iluminarse y al momento una persona desde la calle iluminó el techo de la cocina con una potente linterna de forma intermitente. Uno de los vigilantes religiosos le estaba haciendo señas para que apagase inmediatamente la luz.

Nosotros pasamos seis días alojados en Mote Surfstay, donde trabaja la chica que nos dio la primera clase de cultura y tradición balinesa, Marta. Mote Surfstay era totalmente diferente a nuestro primer alojamiento en Medewi, un poco más caro pero mucho mejor equipado, con aire acondicionado en todas las habitaciones, camas más cómodas y un baño de tipo balinés, con el techo abierto, la ducha amplia sin mampara y la correspondiente palmera en la maceta de piedra.

Llegamos por sorpresa al Mote, dejamos nuestras cosas y cogimos un par de motos para echarnos en Batu Bolong. La suerte nos acompañó a Canggu; pero la mala suerte, esa con la que coincidimos en Medewi. El sparring esta vez fui yo y me llevé la peor parte. Tras meternos al agua nos dimos cuenta de la corriente que había y tuvimos que salir.


Evalué el resultado: Golpe grave en el tail contra una roca (necesitaba reparación), quilla central perdida, golpe en la rodilla con dos agujas de erizo y un par de agujas más en el pié. Pero no acabó ahí ya que minutos más tarde mi móvil decidió suicidarse.

Le dimos un gran uso a la piscina del Mote, era el centro de reunión post sesiones de surf (o fotografía en mi caso, ya que la tabla estaba reparándose) y coincidíamos allí, además de con Marta y Mote, con los demás huéspedes, muchos de ellos españoles de Asturias, León, Canarias,...

Un par de días más tarde recogí mi tabla, me cobraron 60.000 rupias por el arreglo que al cambio son un poco más de cuatro euros. Parecía mentira, no se notaba absolutamente nada la reparación, ni siquiera en los colores ni al paso de la mano. El trabajo de los talleres allí es excepcional, barato y rápido.

A la mañana siguiente después de recoger mi tabla y con Javi ya recuperado cogimos las motos en dirección a Echo Beach. El pico más asequible estaba plagado de gente y en una de las remadas para pasar la corriente un chico encaró la ola con su body, pateando directo hacia mí. Le advertí pero arriesgó y golpeó con su nudillo mi tail, haciéndose un corte bastante profundo en el dedo y dejándome una marca en la tabla.

Tras el choque salí para interesarme por su mano y al darme la vuelta comencé a contar... treinta y nueve, cuarenta, cuarenta y uno y cuarenta y dos.... cuarenta y dos personas en el pico. Mentalmente bloqueado, no puedo entrar con tantas dudas, cuarenta y dos personas son demasiadas para vigilar cualquier posible golpe y más teniendo en cuenta que tras ese choque estaba nervioso. No volví a entrar.

Esa tarde decidimos dejar las tablas y hacer una pequeña visita turística al templo de Tanah Lot, a unos pocos kilómetros de Canggu. Los alrededores del templo están plagados de tiendas y tenderetes con artículos de todo tipo para los turistas. Desde pañuelos hasta mesas de comedor con forma de dragones. Una vez pasada la zona de tiendas te topas con el mar que golpea la roca formando pequeñas bahías y cabos. El templete mas famoso de Tanah Lot se ubica en una pequeña isla que se aisla con marea alta, en marea baja se puede ir caminando por la piedra. Aparte de éste templo hay bastantes más a lo largo de toda la costa en cada uno de los cabos.

¿La mejor hora para visitar Tanah Lot? Sin duda alguna el anochecer, orientado al oeste el sol se pone sobre el mar en una vista difícil de superar.

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